Tres reglas
1. Silencio. No recites mecánicamente las oraciones o revises en silencio el estrés de tu vida. Mantén un silencio y una calma en tu exterior e interior.
2. Atención. No es una mera hora de lectura; leer debería ser un punto de entrada a la oración.
3. Buena disposición. Siéntate, ponte de pie o arrodíllate, pero con respeto. Consejo rápido: si sientes somnolencia, ¡ponte de pie!